Al morir, Buda fue incinerado y sus cenizas se distribuyeron por varios lugares del mundo, donde se levantaron templos. Según la leyenda, su colmillo izquierdo fue trasladado desde la India hasta lo que hoy es Sri Lanka en el siglo IV a. C. por el príncipe Danta y la princesa Hemamala, quien lo llevó escondido en su peinado para que pasara desapercibido. Primero fue llevado a Anuradaphura, y después se construyó este templo para guardarlo, de donde sale sólo en el festival de Perahera, que se celebra en Kandy en la luna llena de agosto, a lomos de un elefante, en un desfile lleno de elefantes engalanados, bailarines y fuego.
Se celebran dos ceremonias al día en el templo, en las que se puede acceder a él y ver la reliquia. No os la podemos enseñar porque no está permitido hacer fotos. La verdad es que verla verla, tampoco la vimos, porque después de esperar una cola de fieles de unos 45 minutos que iban a llevarle ofrendas, bendecir sus bebés, y no se qué más, pasamos pitando por delante del ventanuco que da a la sala donde se encuentra el receptáculo que alberga el minidiente. Os hacéis una idea, no? Lo que sí os podemos enseñar son los guardianes del templo que anuncian la ceremonia con sus tambores:
Sabemos que Iván llegó hasta Anhuradhapura pero no hay documentos gráficos de que siga por allí, Mandadnos una prueba de que sigue vivo y de que conserva el brazo tras el unguento "veet"
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