De camino a Galle, hicimos una parada en la playa de Mirissa, para poder disfrutar de un chapuzón en el Índico, ya que aquí el oleaje es más suave y menos peligroso.
Palmeras con ardillas correteando, mariposas, cangrejitos... En fin, que vamos a aprender a hacer artesanía con cocos y nos vamos a quedar a vivir aquí.
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