Antiguamente, los pescadores del Sur de Sri Lanka, se encaramaban a unos palos clavados en el fondo marino, en las playas, y desde allí pasaban horas pecando. Utilizaban pequeñas cañas hechas de bambú fino, con un corto sedal y un arcaico anzuelo. Como cebo utilizaban pan, y podían capturar entre 1 Kilo y 1,5 kilos al día de pequeños peces que después vendían en rústicos puestos con pequeños toldos (y sin refrigeración).
Hoy en día es simplemente una atracción turística, y por una pequeña propina (entre 300 y 500 rupias) puedes acercarte a hacerles fotos y conversar un rato con ellos para que te expliquen esta antigua técnica.
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