martes, 19 de agosto de 2014

Sigiriya Rock

La roca sagrada de Sigiriya es una roca enorme donde en el siglo IV el rey Kasyapa estableció su palacio. Justo en la cima. 


La leyenda cuenta que Kasyapa mató a su padre emparedándolo vivo, y usurpó el trono que le correpondía a su hermano Mogallana. Mogallana se marchó a la India huyendo de su hermano y jurando venganza. Allí entrenó un ejército de soldados con los que atacar a Kasyapa y recuperar su trono. Como Kasyapa se temía esta venganza, construyó su palacio en lo alto de la roca, pretendiendo hacerla inaccesible, y rodeándola por un canal, que aún se conserva, lleno de cocodrilos.
El ejército de Kasyapa le abandonó, y él prefirió suicidarse antes que morir a manos de su hermano.

En Sigiriya se conservan unos frescos que representan unas mujeres con los pechotes al aire. Hay quien dice que eran cortesanas de el tal Kasyapa y quien dice que son deidades. El caso es que hubo una época en la que iban monjes a rezar allí y les taparon un poco porque no se podían concentrar.

La siguiente parada en la ascensión a la roca son las "garras de León" , dos esculturas que flanquean la subida a la cima y que toman el nombre por su forma.

Una vez aquí, encontramos turistas que volvían corriendo de la cima, porque suele haber avispas y por lo visto habían picado a alguien. Como piensan en todo estos ceilandeses, tenían un puesto con unos chubasqueros de plasticazo, con sus pantalones y capucha, muy cómodos para los 40 grados al sol a los que estábamos. Tuvimos que elegir entre lipotimia o picadura.
...

Elegimos lipotimia.

Estas son las vistas desde la cima, y lo que veis son los restos de lo que fué el palacio del parricida este.


Tengo que confesar que pasé miedo de verdad allí arriba. Miedo a que me picara una avispa, a ser alérgica, y a caer rodando por esas escaleras de vértigo.
Menos mal que después de mirar la bajada vertiginosa que me esperaba, me giré, miré a Iván y le dije "tengo miedo". Él, muy muy serio, me miró fijamente a los ojos y me dijo "mírame a mi, que yo te miro a ti", lo cual yo interpreté como "busca la fuerza en tu interior" y así hice y conteniendo la respiración bajé muy decidida. Una vez en el hotel, rememorando la hazaña, me he enterado que lo que él realmente quería decir era "haz el favor de mirarme a ver si yo tengo alguna avispa rondándome por la ropa, que yo miro a ver si tienes alguna cerca"

En fin...

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