Situada en un "valle", en el centro se encuentra el lago de Kandy, que es artificial. La arquitectura es colonialista, y hay varios edificios de la época de la ocupación británica, algunas de ellas, situadas en lo alto de Kandy con unas vistas espectaculares sobre la ciudad.
A nosotros está ciudad no nos ha gustado especialmente, aunque suponemos que durante el festival de Perahera, cuando sacan el diente de Buda a lomos de una comitiva de elefantes llenos de luces y colores, la cosa será muy distinta.
En general es una ciudad un tanto decadente, y hay que tener un poco de cuidado con los timos. El primer día, antes de haber llegado a hacer el check inn al hotel, nos cruzamos con un hombre en el centro, que se nos acercó muy sonriente y nos dijo que nos había reconocido de nuestro hotel, que trabajaba allí. Como ya habíamos leído sobre este timo, y además era imposible que nos hubiera visto en el hotel (que aún no habíamos pisado) le dijimos "ok, ok, bye..." Y nos fuimos haciéndonos los tontos...
Por cierto, "ok ok" se dice "hari hari".
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